¿Las mascarillas son las nuevas camisetas?

Abro el armario, está a rebosar de ropa, pero tengo la desagradable (y familiar) sensación de que no tengo nada para ponerme. No es que el confinamiento haya hecho estragos… que los ha hecho; no es que los cheesecake y brownies se empiecen a notar… que lo hacen; no es que no encuentre el gimnasio ni Alexa y Google maps llevándome a “la sillita de la reina”… Es que me falta la camiseta…

Esta es mi camiseta favorita, ya está descolorida y tiene algún que otro agujero, pero es mi camiseta favorita…

Valor sentimental vs utilidad

La camiseta de tu séptimo maratón, aquella de té compraste en un concierto (aunque no puedas tararear ni una triste canción), incluso esa popular “estuve en Tenerife y me acordé de ti”. Todo te ocupa espacio, atrae polillas, genera sensación de desorden y te da… absolutamente nada, porque no te engañes, esa sensación de experiencias pasadas puedes revivirlas sin ocupar tus armarios, cajones y perchas. Ha llegado el momento de sacar toda esa tela inservible, agradecerle los buenos ratos pasados, y despedirse de ellas.

El tsundoku textil con una aplicación útil, aunque Marie Kondo se oponga, si no puedes reducir, reconduce y cambia tu colección de camisetas por una más pequeña y útil colección de mascarillas. Útiles, necesarias, estilosas, personales… las mascarillas son las nuevas camisetas (de verdad, no como los cuarenta son los nuevos treinta).

Este es el proyecto de una amiga a la que quiero muchísimo, que ha sabido adaptar su producto para que fuera útil, molón y asequible. Ha ayudado a mucha gente a que el hecho de llevar mascarilla, fuera un juego y a profesionales como policías y sanitarios a que su imagen fuera divertida y amable.

La luz al final del túnel

El confinamiento ha traído muchas cosas: perfeccionamiento (e incluso iniciación) de yoga, aprendizaje de idiomas (inglés, alemán o esperanto), postres que hasta ahora solo soñabas en tu propia cocina, o la oportunidad de ponerte al día en la casa de papel… además de otras cosas un poco más sutiles. En Japón se usa la misma palabra para crisis que para oportunidad, y ahora tenemos la oportunidad de cambiar camisetas inservibles por mascarillas de diseño que lucen a la vez que protegen.

¿Qué dices? ¿Qué te gusta cómo suena, pero necesitas saber más? La personalización de mascarillas ha dado a pequeños negocios: tiendas, mercerías, diseñadores… un rayo de esperanza en un periodo económicamente gris donde parece que los únicos que venden son los fabricantes de carteles anunciando “Cierre del negocio”. Las mascarillas personalizadas pueden fortalecer o al menos contribuir al tejido económico y social del barrio, crea estilo y favorece a Xavi o Paqui en vez de al señor Amazon o AliXpress. ¿Vosotr@s también os protegéis con estilo y responsabilidad social?

Foto cover: https://parentsprofslemag.fr/

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